Si el contexto, el entorno y la economía cambian, ¿Qué necesitamos?, ¿trabajar más, o trabajar distinto?
Como decía Victor Frankl: "Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos"
El ser humano no acepta que se le cambie. El cambio es una puerta que se abre desde dentro. El cambio para que sea efectivo, siempre tiene que salir de nuestro interior. Cambia tú y todo cambiará a tu alrededor.
Einstein decía que la locura era hacer siempre las mismas cosas y esperar resultados distintos.
La clave para lograr un gran cambio, está en llevar a cabo pequeños cambios. Al igual que el éxito llama al éxito, cualquier cambio te lleva a otro. Te pone en movimiento y rompe la fuerza de la inercia (tendencia de los cuerpos en reposo o en movimiento a mantener su estado inicial). Prueba a mover un coche en punto muerto. ¿A que es difícil?. Pues una vez en marcha lo difícil es pararlo
El problema es que le tenemos pánico al cambio (de pareja, de jefe, de trabajo, …) ya que implica incertidumbre, riesgo, desconocimiento, inseguridad , y nuestro cerebro busca siempre la certidumbre , el control. Preferimos lo malo conocido (¡madrecita que me quede como estoy!), antes que la inseguridad de un futuro mejor. Así se explica que seamos capaces de sufrir tanto y aún así mantener relaciones en el tiempo con una pareja, en el trabajo … y nos dedicamos a justificar nuestras decisiones, a racionalizar, ¡Algún día será mejor!, ¡Ya cambiará!, ¡Esto es lo que hay!, ¡Es lo que me merezco!, ¡A ver si luego va a ser peor! …
Como dice Jose Antonio Marina: "Ninguna situación cambia hasta que se deviene insoportable"